“Dónde voy yo con mi edad a estudiar ” o “ya me hubiese gustado a mí ir a la universidad…”, son frases muy sonadas en la actualidad, y es que tengas la edad que tengas, si tu ilusión es formarte en alguna profesión, hazlo.
La mayoría de universidades han desarrollado algún tipo de programa académico dirigido a la población mayor de 55 años con el conocido acceso a la universidad para mayores de 25 años.
El objetivo de estos programas de estudios suelen ser conseguir que las personas mayores se mantengan activas intelectualmente y que incrementen las relaciones interpersonales e intergeneracionales, contribuyendo a rescatar toda una experiencia vital e incluso revertirla a la sociedad. En cualquier caso, se trata de un sector con intereses muy diversos y una población muy heterogénea en la que pasados los 50, pueden buscar una formación que les ayude a actualizarse e incluso mejore sus perspectivas de empleabilidad, otros que tras jubilarse deciden volver a a estudiar en la universidad para seguir desarrollándose en su formación o incluso otros que buscan conseguir el título de la ESO o Bachillerato que en su día no pudieron obtener.
Mayte Moreno, psicóloga y directora de Mentalis-Psicología sostiene lo siguiente: ” Es cierto que las capacidades cognitivas y física disminuyen con el paso del tiempo, pero es directamente proporcional al desarrollo de otras habilidades propias de las edades maduras. Al final todo es una cuestión de motivación y de decisiones personales, porque si la motivación es poderosa se puede hacer lo que se desee”.