¿Debe tener el periodismo límites? ¿Pueden estos afectar a la libertad de expresión? ¿Quién y cómo debe imponerlos? Los medios de comunicación, como garantes de la democracia en las sociedades libres, tienen una importante responsabilidad a la hora de ejercer su labor, si bien a veces el interés público se difumina en sus propias dinámicas empresariales y de mercado. Por eso, la Comunidad Baha’ i y CEDEU organizaron el seminario «Replantear el rol de los medios en una sociedad en transformación», que marcó el pistoletazo de salida de un ciclo de conferencias y mesas redondas acerca de la responsabilidad de los medios con la cohesión o la fractura social.
En la mesa inaugural —compuesta por Marcin Czubala, director académico de CEDEU, Dunia Donaires de la comunidad bahá’í y Alain Noghiu, del Instituto para el Conocimiento, la Gobernanza y el Desarrollo Globales—, se mencionó que uno de los objetivos del seminario era explorar la manera en que los medios de comunicación pueden ejercer su vital función de educar a la opinión pública e informar de manera fidedigna, al tiempo que son económicamente viables.
Los medios de comunicación se encuentran actualmente en una encrucijada. Como garantes de la democracia, su labor es indispensable para mantener la vitalidad del sistema. Sin embargo, las exigencias de pluralidad y la formación rigurosa de la opinión pública se ven constantemente difuminadas por las lógicas mercantiles en los que se sustentan, convirtiendo el periodismo, en el mejor de los casos, en cómplice de maniobras partidistas, si no ya en un mero esbirro del poder político y económico. Prensa, radio y televisión, así como los nuevos medios multimedia en Internet, pierden su credibilidad y su legitimidad al alejarse de su labor social de salvaguarda en un entorno difuso donde la precariedad laboral, la extrema competencia y la inviabilidad de algunos proyectos empresariales se entremezclan con una sociedad polarizada y un discurso político que degenera cada vez más hacia la simpleza populista y la pérdida de capacidad analítica.
El panel central del evento estuvo compuesto por cinco periodistas o colaboradores de medios —Rafael Fraguas, cofundador del diario El País; Jesús Bastante, jefe de redacción de Religión Digital; Beatriz de Vicente de Castro, colaboradora de varios medios televisivos para temas de criminalidad; Francisco Castañón, director de la revista digital Entreletras, y Juana Pérez, de la agencia de comunicación Pressenza— y un moderador, Andrés Shoai, consultor de la agencia de comunicación Kreab.
Dos de los problemas que se identificaron y que dificultan que los medios de comunicación puedan cumplir con su función social son la mercantilización del periodismo y la prevalencia de la ideología.
Finalmente, se distribuyó un decálogo con las conclusiones del primer seminario sobre prevención de la radicalización violenta y se invitó a los participantes al curso de verano de tres días que ya han aprobado la Universidad Autónoma de Madrid y el Ayuntamiento de Tres Cantos sobre la misma temática, y que contará con representantes nacionales de los diferentes partidos políticos, con el presidente del Tribunal Constitucional y con otras cerca de veinte personalidades nacionales procedentes de las fuerzas armadas, de la sociedad civil, de varios medios de comunicación y de varias religiones.