Los grandes imperios que dominaron la edad Antigua tuvieron siempre claro que la piedra angular de cualquier expansión territorial y de la dominación de vastas superficies a lo largo del planeta era, ante todo, una eficaz y tupida infraestructura. En occidente, las calzadas que conectaban la Península Itálica con cualquier otra parte del Imperio supusieron siglos de dominación romana en cada kilómetro del mare nostrum, mientras que en oriente el gran Imperio chino hizo de la llamada Ruta de la Seda, una vasta red de rutas con el que conectó sus grandes centros comerciales con las metrópolis más desarrolladas del planeta, la espina dorsal de su poder imperial.
Ahora, la pujante República Popular China anhela hacer lo mismo. Así lo explicó Juan Corona, catedrático en Economía Aplicada y rector honorario de la Universidad Abat-Oliba CEU, que acudió a CEDEU para desarrollar ante los alumnos de los Grados Universitarios en Marketing, Administración y Dirección de Empresas y Derecho cómo Pekín pretende hacer bascular las rutas comerciales mundiales para situarse en el centro neurálgico de la economía global. Acompañado de María Enciso, Directora de la Cátedra CEDEU de Empresa Familiar y Catedrática de Derecho Mercantil en la URJC, aclaró que la iniciativa, conocida como One Belt – One Road, es tan compleja como ambiciosa, ya que pretende erigir una extensa infraestructura terrestre y marítima para conectar sus grandes centros de producción con continentes tan alejados como Sudamérica, África o Europa. Para lograrlo, el capital chino ya está fluyendo hacia importantes potencias regionales de África o Latinoamérica, invirtiendo en conexiones portuarias y ferroviarias con el fin de introducir sus productos en nuevos mercados.
Juan Corona, que también es Director General de Instituto de Empresa Familiar, es un excelente conocedor del comercio internacional. Debido a esto, quiso desmitificar la creencia popular de que el producto chino es igual a mala calidad. «Eso ya se ha acabado, ahora producen y diseñan muy bien», confirmó Corona «Los chinos están avanzando mucho en el desarrollo del 5G», afirmó, interpretando que la transferencia tecnológica será el elemento que aporte valor añadido en la Nueva Ruta de la Seda, tal y como las especias y la seda lo hicieron de la antigua. Algunas potencias geopolíticas ven peligrar su posición comercial hegemónica, como EE. UU. os la Unión Europea, aunque las quejas más o menos veladas del Gobierno francés haya intentado, en vano, presionar para evitar el desembarco de las grandes corporaciones chinas en el Viejo Continente. Por su parte, Rusia también ha intentado poner freno a los planes chinos en su área de influencia natural, aunque tampoco ha tenido demasiado éxito.
Para terminar, y durante una nutrida ronda de preguntas en la que los alumnos pudieron comentar sus impresiones y dudas, Juan Corona dio muestras de su amplio conocimiento sobre el comercio internacional al desgranar los retos a los que se enfrenta la iniciativa china, dilucidando sobre cómo las empresas españolas podrán aprovechar esta interesante oportunidad económica. Por último, invitó a los alumnos a formarse sobre la cultura y el idioma chino de cara a la preponderancia comercial que en varias décadas alcanzará la República Popular China, ya que si no puedes luchar contra el imperio dominante… solo te queda hacer negocios con él.