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La crisis sanitaria del covid-19 marcó el día a día de los profesionales de la abogacía. Los abogados se han enfrentado a los desafíos de un sector en proceso de renovación y han sabido adaptarse a las circunstancias.
La pandemia demostró que para la prestación de servicios jurídicos la presencialidad no es imprescindible. Pero para ello, los abogados deben tener un nivel de competencia tecnológica suficiente para realizar adecuadamente su trabajo, que va desde la ciberseguridad a cómo utilizar las herramientas tecnológicas para relacionarse con sus clientes.
En este sentido, la abogacía se mantuvo firme sin perder su esencia y reafirmando su papel como una de las profesiones indispensables para nuestra sociedad. El jurídico se ha convertido en un sector más avanzado, más abierto, más preparado y mucho más competitivo.
Por ello, los cambios acaecidos en el entorno jurídico y profesional en sus diferentes aspectos y manifestaciones, producidos entre otras razones por el contexto socioeconómico de los últimos años, junto con las exigencias y necesidades de capacitación profesional que la sociedad pueda demandar a los futuros graduados, han sido el referente obligado a la hora de establecer los objetivos del Grado en Derecho y del Máster Universitario en Abogacía de CEDEU.