Del marketing emocional, surge el neuromarketing, una ciencia que estudia cómo se comporta el cerebro en un proceso de compra y que se centra en tres aspectos claves: la atención, la emoción y la memoria.
El objetivo del neuromarketing es estudiar cómo reacciona el cerebro ante una campaña publicitaria de un producto, por ejemplo, o ante cualquier estímulo relacionado con la publicidad.
¿Qué enseña el neuromarketing al marketing de las experiencias? ¿Qué lecciones se pueden extraer de la neurociencia que mejoren las experiencias?
La neurociencia, ha dejado claro que los mensajes deben apostar por una estrategia multisensorial, las marcas siguen apostando todavía de forma principal en lo visual, todo es llamativo porque va a verse. Sin embargo, esta ciencia es consciente de que lo que mejor funciona no es necesariamente lo visual, por ejemplo, el olfato activa mucho más la memoria y la parte emocional del cerebro, una buena experiencia es capaz de jugar con diferentes elementos y reforzarlos.
Otro de los elementos que impactan en la neurociencia es la semiótica. El mensaje ha de centrarse en los puntos claves del consumidor potenciando así el tipo de mensaje que se ha sido lanzado.
Finalmente, debe utilizar la ciencia del comportamiento para ayudar a que el mensaje se procese de la manera más efectiva posible y se convierta en una llamada de atención hacia el consumidor para que reaccione.
Fuente: Puromarketing