Durante un proceso judicial, los conocimientos jurídicos son tan importantes como las habilidades procesales. Cómo hablar en público, qué indumentaria llevar o la forma de dirigirse a cada una de las partes son actos esenciales que todos los participantes deben conocer para el correcto desarrollo del proceso. Sin embargo, muchas de estas formalidades se aprenden una vez que se ejerce la profesión, lo que puede suponer numerosas problemáticas en el correcto desempeño de la abogacía.